SANTO DOMINGO.El concierto Blanco y Negro de Ricky Martin fue un éxito. El Estadio Quisqueya casi se lleno se llenó especialmente de jovencitas que suspiraban (algunas se desmayaron como ya es típico de la histeria juvenil sin mucha densidad intelectual en sus cabezas). El tipo tiene arrastre, y ha sido un producto mercadológico bien logrado.Sin mucha voz es cantante, sin estudiar danza es bailarín (aun cuando no llega a la altura de un Chayane en baile), pero se la lució. El tiguere le gusta a la juventud y se la gozaron.El artista es bueno y hace que se piense en un Elvis Presley, sólo que latino y en este tiempo de computadoras e i-post.




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